jueves, 14 de mayo de 2009

y fueron felices para siempre..........FIN

viernes, 8 de mayo de 2009

¿QUÉ PASA?

¿Ya nadie va a escribir?

sábado, 25 de abril de 2009

María.

Después de la charla que tuvieron durante horas, Gaby se quedó completamente dormida en los brazos de José Luis. Sin embargo él no podía dormir, había algo que lo perturbaba, algo que había decidido guardar en lo más íntimo de su ser, algo que ni la mismísima Gaby sabía, pero que había salido a la luz con todo el problema de Victoria. Regresaron todos los dolores y recuerdos que había decidido dejar afuera de su maleta con destino a México, pero que por más que tratara de escapar, tarde o temprano regresarían.

Y todo esto tenía que ver con la muerte de María, su antigua novia y casi esposa, una uruguaya que había llegado a Perú muchos años atrás por el trabajo de su padre. José Luis la había conocido en la universidad, él estudiaba letras hispánicas y ella filosofía. Desde que la conoció, sus ojos lo cautivaron, pasaban mucho tiempo juntos, los dos disfrutaban de la compañía del otro, de cierta forma se complementaban. Viajaban seguido hacia Cusco o Machu Pichu, el lugar preferido de los dos. Pasaron tres años juntos hasta que decidieron casarse, querían terminar la carrera para después formalizar su relación. Tenían varios planes a futuro, pero todo se vino abajo con la repentina muerte de María.

Habían planeado asistir a una fiesta juntos en un pueblo cerca de Lima, pero una fuerte discusión impidió a José Luis asistir. Los celos carcomían el interior de José Luis, quien no podía ver a Rodrigo, ex novio de María, ni en pintura. Ella le explicaba que ya no había nada entre ellos, pero José Luis no entendía, ella se sentía asfixiada.

“¡Vete! ¡Vete con él! ¡Y no vuelvas más!” – le gritaba José Luis.

“¡Ya te dije que no voy con él! ¡Voy con mis amigas! Y contigo si lo deseas, pero por favor cálmate José” – le decía ella.

Pero él no entraba en razón y seguía gritando y aventando cosas. Por lo que María con su bolsa en mano y su pequeña maleta salieron por la puerta para no volver más.

En la madrugada de esa misma noche, la llamada de Mariana, la hermana de María, despertaba a José Luis para informarle de la tragedia: María y su ex novio Rodrigo habían perdido la vida, a causa de un accidente automovilístico. Una carambola de coches habían chocado en la carretera de regreso a Lima.

Nada fue igual desde ese momento para José Luis, quedó totalmente deshecho. Meses después tomo sus cosas y huyo hacia México. La muerte de Victoria le había hecho recordar a María, su antiguo amor, quien también había muerto en un accidente en la carretera, y cuya muerte tampoco había quedado del todo clara para él. Muchas interrogantes rodeaban su mente, nunca supo porqué María estaba con Rodrigo, ella le había asegurado que no iría con él. Así mismo, se cuestiono que hubiera pasado si hubieran asistido juntos a la fiesta.

Quizá era tiempo de volver a Perú para atar cabos sueltos. No podía engañarse a sí mismo, la muerte de María seguía atormentándole.

jueves, 23 de abril de 2009

El día exacto no lo sé, llevo semanas encerradas escribiendo. Pero del mes sí estoy segura y con las lluvias de los últimos días… Estamos en Junio sin duda. Junio de 2007.
He pasado todo el día con Lucero. Ahora no puedo dormir pensando en lo mucho que me ha recordado ese capítulo de Rayuela en el que la Maga explica por qué no le da buena espina madame Iréne… ¿Era el 32? Sí, era ese…
“Ella dice que todo está muy bien y que eres un niño encantador, pero mientras habla esconde las manos en los bolsillos del delantal como hacen algunos animales malignos, Rocamadour, y eso me da miedo. Cuando se lo dije a Horacio, se reía mucho, pero no se da cuenta de que yo lo siento, y aunque no haya ningún animal maligno que esconde las manos, yo siento, no sé lo que siento, no lo puedo explicar.”
Hoy descubrí ese gesto suyo. Odio cuando noto algo así. Nunca más dejo de notarlo.
“Todo es tan raro , Rocamadour, por ejemplo me gusta decir tu nombre y escribirlo, cada vez me parece que te toco la punta de la nariz y que te reís, en cambio madame Irene no te llama nunca por tu nombre, dice l´enfant, fíjate ni siquiera dice le gosse, dice l´enfant, es como si se pusiera guantes de goma para hablar, a lo mejor los tiene puestos y por eso mete las manos en los bolsillos y dice que sos tan bueno y tan bonito.”
Cortázar, Cortázar.
Por qué no puedo sólo quedarme con los bonitos labios de Lucero. Por qué no veo sólo eso.
Hoy odié ese gesto.
Parece que la lluvia no me trae buena suerte.
José Luis le dijo buenas noches. Sus últimas buenas noches. Cada quien tendría las suyas mucho tiempo, pero nunca volverían a compartir ese mutuo deseo. Habiéndose prometido desvanecer con la noche y con la historia que habría de cobrar tantas vidas no durmió. Una promesa que sólo se había hecho a sí mismo...

Calculo las horas y sus minutos con una matemática que no era característica recurrente en los que se dedican a escribir sus peores sueños diurnos, pero José Luis era como Victoria, impredecible con cada capítulo que arrinconaba su vida intempestivamente en un final para las lágrimas. ¿De frente? No, jamás. Siempre intentó decirle a Gaby tanto sin palabras. Algunas veces podía. "Te regalo esto". Bill Evans. Peace Piece. Y José Luis cada vez, con voz casi paternal le hablaba a Victoria de todas esas canciones que sin decir nada le contaban tanto. "Es sólo un pinche piano, y me lo dice todo. Como el Serpa Pinto, ¿te acuerdas?, -dijo, siempre con el acento del lugar en donde estaba-, te enseñé una foto de ese barco. Qué historias podría contar, y lo hace al verlo." A Gaby nunca le gustó, pero nunca se lo dijo.

Estarían a mano, pensaba él, mientras bajaba las escaleras. Por las persianas apenas se asomaba en pedacitos la luna de primavera. Pudo ver, envuelto en esa luz cuarteada el sillón de la sala. Puso los papeles recargados en el respaldo, mientras Gaby dormía con un semblante que parecía ahuyentar a aquellos sueños que la traían en vela. Y José Luis quiso recordarla así mientras se alejaba con los ojos clavados en el retrovisor. El guión que había dejado en manos de Gaby terminaba con un caduco suspiro de Nicolás, su personaje de siempre con nombres distintos que apenas articulaba varias palabras siguiendo una a la otra entre espacios casi eternos. "El miedo le gana a todo".

A José Luis parecían inspirarle los funerales en primavera.




domingo, 19 de abril de 2009

José Luis Sterne



Mientras se arregla, Gaby ve en su espejo la notita de José Luis. La frase de Paul Auster vista tantas veces, hoy adquiere un significado nuevo: “Todo puede cambiar en cualquier momento, de repente y para siempre.”

José Luis le escribió la frase la última vez que se vieron. Habían pasado la noche juntos como cada vez que Gaby iba a México o José Luis a Puebla desde hacía dos años. ¿Cómo se habían vuelto amantes la amiga incondicional de la “promesa de la literatura femenina mexicana” Victoria Larrea y el escritor peruano José Luis Sterne? Fue precisamente Victoria quien los presentó e inmediatamente surgió entre ellos una complicidad asombrosa. Cuando estaba con él, Gaby podía ser plenamente ella, lejos de las sombras de Nico y Victoria que normalmente la opacaban; no había presiones por fingir, por ocultar las cosas. Gaby y José Luis se conocían perfectamente, sabían qué le pasaba al otro sin hablar, se complementaban sexualmente, pero sus defectos eran tan parecidos que eran incapaces de estar juntos más de un par de días sin acabar en un pleito monumental. Grandes amigos, perfectos amantes que sabían bien que nunca pasarían de eso, ni lo pretendían.

Gaby pensó que José Luis debería estar por regresar. La presentación del libro en la Ciudad de México se había cancelado por el accidente de Victoria, pero antes del funeral se tuvo que ir a una gira para promocionar su última novela en Iberoamérica. También se iba a quedar unos días en Lima para visitar a su vieja tía (el único pariente que le quedaba en Perú) y a la familia de una antigua novia que se había muerto repentinamente unos días antes de su boda. José Luis se había ido del Perú –como le llamaba él– huyendo del dolor y los recuerdos y la larga huída lo había llevado a México hacía tres años.

Gaby, pensando en voz alta como hacía con frecuencia –clara secuela de tantos años de vivir sola– dijo: “Qué razón tenías, José. Yo me reí de la aparente obviedad de lo que habías escrito y tú me dijiste que en cualquier momento podría adquirir un significado completamente nuevo. Pues ya lo tienes, seguro nunca pensaste que sería tan pronto.” Acababa de llegar a su oficina cuando Anabel, su secretaria, le pasó la llamada. La voz de José Luis hizo que la soledad y la desolación que la rondaban en los últimos días le resultaran insoportables.

–Gabriela, recién volví anoche y esta mañana en un desayuno con gente de la editorial supe lo de Nico, ¿cómo estás?

–Muy mal, realmente todo cambió para siempre pero no sólo en un instante, mi vida cambia y cambia y cambia. Parece que cada día hay un nuevo acontecimiento, una nueva revelación con el sólo objeto de transformar mi mundo, de convertirme en una persona nueva.

–¿Quieres que vaya? – Preguntó José Luis respetando el acuerdo de nunca invadir el espacio del otro sin previa autorización.

– ¡Por favor! Realmente necesito poner en orden mis ideas y sé bien que en este momento no podría hacerlo sola. A ratos siento que alguien, o quizá incluso más de una persona, con un retorcido sentido del humor se empeñara en convertir mi vida en una mala telenovela.

–Tranquila, ya me contarás todo más tarde. ¿Te parece bien que llegue a comer?

–Sí, me parece perfecto. Creo que podré tomarme la tarde libre. Mi jefa lleva semanas diciéndome que me tome más tiempo y le dará gusto que por fin le haga caso. ¿Nos vemos en mi departamento? No me vayas a dejar plantada. Te juro que esto es más truculento que una novela de Victoria, más extraño que todos tus cuentos juntos.

–Ahí estaré.

Esa misma tarde, Gaby hace un esfuerzo extraordinario por contar de un modo inteligible los acontecimientos de las últimas semanas. José Luis la escucha atentamente interrumpiéndola un par de veces para pedirle más detalles. Oyen tres veces la cinta con la voz de Nico y Gaby termina ahogada en llanto en los brazos de José Luis, quien la consuela en silencio durante varios minutos antes de hablar lenta y enfáticamente.

–Definitivamente, la historia tiene muchos cabos sueltos. No debes abandonar la imagen que tienes de Nico y Victoria ni emitir una nueva opinión hasta que hayamos entendido un poco más. Hay muchas cosas que no me gustan: La grabación de Nico, realmente parece que está leyendo un guión, fíjate, hasta se atora en algunas palabras. Y Lucero, realmente no tiene sentido que si Victoria fue tan importante en su vida y Nico, quien detrozó su felicidad ¿por qué fue al velorio de Nico y no al de Victoria? Lo que Lucero cuenta de sí misma no coincide con lo que Victoria me dijo la única vez que la mencionó. No sé si sea por ser escritor o porque ya se me subió la tinta al cerebro como me has dicho más de una vez, pero realmente me parece que Lucero se está comportando como personaje. Que te haya citado en el muelle de la Laguna de San Baltazar para darte una grabación que ella no debería tener y sin haberte explicado por qué la tenía, parece demasiada ficción ¿o no? Necesitamos saber quién está narrando esta historia, quién mueve los hilos de Lucero y sus historias sórdidas… ¿Qué pasó con la casa de Victoria, con su diario, con su computadora? ¿Y la familia de Nico? Nunca me dijiste si su hermana vino al funeral. ¿Decidió Laura volver a este país y a esta ciudad a pesar de haber jurado el verano pasado no hacerlo nunca más?

–¿Y lo de anoche? Te juro que fue el sueño más real que he tenido en mi vida.

–No lo sé, pero no pienso dejarte sola hasta que hayamos entendido todo. Ya le pedí a mi agente que cancele todas mis presentaciones en los próximos días. Pienso dedicarte y dedicarle a Victoria todo el tiempo necesario para descifrar esta novela.

martes, 14 de abril de 2009

recobrando el pasado

Era un martes días antes del trágico accidente, acababa de llegar Lucero a casa de Victoria, ella la recibia felizmente, pues, por lo que se entendía se encontraba agradecida de verla llegar, algo que no se entendia bien le estaba contando, Lucero parecía consternada y con un dulce y callado beso la consolaba... pero algo inesperado sucedió en ese momento, Nico llegaba en ese preciso instante sin hacer ruido pues quería sorprender a Victoria, pero la sorpresa la recibió el, al ver ese beso, ese beso que lo transtornaria hasta el día de su muerte, el no lo podia creer, su mente se volvio un mar de pensamientos confusos no supo que hacer, parecía que no era él.
Un ruido lo delató y Victoria y Lucero se percataron de su presencia, Victoria quería explicar pero él no hacía caso simplemente gritaba y aventaba golpes al vacío, salió corriendo y no supieron nada más de él.
En los días siguientes Nico siguió a Victoria, ocultandose en una nube de dolor y de agonía que no hacían más que torturarlo.. pero ¿qué iba a hacer Nico?.. en un arranque de exitación se dirigió al coche de Victoria y sin saber porqué corto los frenos.
Esperó a que saliera Victoria del lugar en donde estaba para verla por una última vez, pero algo no estaba bien, Victoria hablaba por teléfono... !No es posible Lucero! era lo único que alcanzó a escuchar... y sin más ni menos Victoria subio al coche...
Sonó la alarma.. eran las 7 de la mañana y Gaby despertaba sudando frío, no sabía si el sueño que había tenido era real o pura fantasía, pero ahora encajaba.. Nico estaba enfermó pensó ella.. seguramente empezó a recordalo todo cuando le dije lo de los frenos, empezó a recobrar cada recuerdo disuelto en el aire hasta que sucumbió en su muerte.... pero y si era cierto ese sueño, Lucero guardaba aún otro secreto... y Gaby estaba dispuesta a descubrirlo

lunes, 13 de abril de 2009

La Cinta...

Salió con la frente en alto..dirigiéndose a un destino incierto. Llegando al muelle, ahí estaba Lucero, con la cara desbarrancada y el alma nerviosa por las revelaciones que había en el aire. Caminaron juntas unos minutos en señal de recuperar el aliento perdido, se dirigieron al café de la esquina y ahí, Gaby sin más rodeos le preguntó a Lucero acerca de Nico.
Lucero nerviosa aún, le comentó a Gaby acerca de una cinta que encontraron debajo de la tina de Nico, ésta cinta la había grabado Nico en sustitución de la "famosa carta de despdida de los suicidas"; Nico había preferido documentar la frialdad y complejidad de sus pensamientos, sentimientos y pesares, durante el transcurso de sus intentos de suicidio y sus últimas horas de vida, la cinta revelaba varias cosas, una de ellas clave en la muerte de Victoria y otras como el trastorno disociativo de personalidad que sufría Nico.
Sin más ni menos Lucero le entregó la cinta a Gaby y se marcho de inmediato.
Gaby confundida, llegó a casa se sentó y contempló la cinta mientras pensaba que podría haber en ella, después la puso y comenzó a escucharla:

"Entre las cuatro paredes que sólo parecían juzgar el
agravio de aquel vacío en los pensamientos de Nico, surgió un suspiro que
aparentaba darle vida no sólo a la frialdad del cuarto, si no a la agonía
del requiem sucitado. Atado entre aquellas cuerdas que no sugerían algún fin,
Nico flaqueó nuevamente ante la idea de recuperar lo perdido, sin embargo, la
esperanza se aferraba impetuosamente ante la derrota. -Aquel suspiro- recordó
una vez más. Las horas parecían retrasarse en el lumbago del tiempo, el frío
insolente no cedía ante los gemidos de Nico y las brisa de las gotas de lluvia
fría que provenían desde un pequeño agujero que sólo dejaba ver el reflejo de la
luz, no dejaban de sugerirle a Nico más que una melancolía irremediable, sin
embargo, él sólo pensaba en ella y mantenía un recuerdo fijo de ella, aquel
recuedo que la hacía ver tan bella como casi gloriosa, aquel recuerdo que la
hacía parecer viva. -Victoria- él dijo- con un tono de voz tan satisfactoria como
real; Nico creía haber dejado de una vez por todas el indiferente mundo que lo
había visto sufrir innumerables veces, y él sólo podía mencionar su nombre-
¡Victoria, Victoria!- sin enbargo, la larga y delgada cuerda no resistió la
humedad del cuarto y resbaló el magullado cuello de Nico, dejándolo caer
estrepitosamente sobre el suelo, hacíéndole ver su triste realidad una vez más.
Nico frustrado rompió en llanto, todo era más claro y obscuro ahora, todos
los recuerdos venían cuál derrame de agua, todo el augurio de ideas y pensamientos que pasaron e algún momento por su mente. De pronto, el estupor de ideas encarnaba a un Nico totalmente diferente, un Nico capáz de haber olvidado y borrado aquel recuerdo de Victoria tan glorioso, para borrarlo y disolverlo de
su vida. Nico ahora recordaba, él sabía que había cortado los frenos de
Victoria, sin embargo, no sabía ni cuando ni como podría haber hecho algo así.
-.....es ahora Victoria, es ahora, o nunca-

Al perecer fueron sus últimas palabras, según los últimos ruidos que se escucharon en la cinta fue un estruendoso sonido del agua y gemidos; por lo tantó Gaby asumió que ahi fue cuando Nico se dirigió a la Tina y se suicidó.
Conforme Gaby escuchaba la cinta repetidamente, se fue dando cuenta del juego de personalidades que manejaba Nico, ciertamente fueron los mismos juegos ensangrentados los que causaron la repentina muerte de Victoria y más tarde la de Nico. Gaby aun no lograba comprender como es que Nico jugaba un papel de narrador omnisciente tan perverso como frívolo en sus palabras de despedida, como la frialdad de su ser y la versatilidad de su personalidad no daban lugar a la racionalidad de sus actos y a la expresión de sus impávidas palabras, pero a pesar de todo esto existía por primera vez en las frases de Nico aquella sensatez, aquella conciencia de la que siempre careció y de la que la gente que supuestamente lo conocía nunca sospechó. Gaby anonada salió corriendo de su casa para encontrar un lugar para pensar; dichas confesiones le habían hecho en la cabeza un revoltijo, en realidad ya no sabía que pensar y solo le quedó llorar descontroladamente...pensando en todos los engaños en los que ella podría haber vivido, ahora Gaby era otra persona...

El que busca....

Antes de salir dudó por varios minutos si era lo correcto. Pensaba en qué momento su vida se había convertido en un drama hollywoodense, no quería verse envuelta en una situación delicada, se repetía hacia sí que el que busca encuentra. Ella simplemente no quería toparse con algo que negaba desde sus entrañas, recordaba nombres son rostro.

Repasó en su mente las tantas veces que amó a Nicolás, que besó a Victoria, y las veces que los tres juntos compartieron sus cuerpos, sin embargo eso jamás sucedió más que en sus sueños, en su desesperanzada mente y en las sensaciones de su cuerpo, quiso llorar y ya no pudo.

Victoria jamás había mencionado a Lucero como su pareja, y aquello, más que enfadar a Gaby, la hacía sentirse rechazada, ¿acaso pensaba que ella la juzgaría? Saberlo la hubiera hecho aún más feliz de lo que era cuando ella estaba cerca.

Mientras abría la puerta, y observaba sin pensar sus uñas recién pintadas, por su cabeza pasaban mil cosas que la hacían estremecer. Minutos antes había salido de la tina y se había pintado las uñas de un color claro, casi transparente, como hacía cada vez que su vida se tornaba complicada, como la vez que su padre se fue.

Aunque en la realidad ella siempre fue, de los tres, la que menos sufrió durante su vida, los admiraba sin saber exactamente la razón. Nicolás siempre quejándose (cuánta sangre quemada derramó) y Victoria guardándose todo, menos su vida escrita o ficticia. Pero Gaby imitaba a ambos, llegó incluso a caminar a la par de Victoria tratando de tomar su mano izquierda, rozaba sus dedos con la punta de sus uñas y nunca se atrevió a tomarla, pero se sentía su sombra y eso la llenaba de satisfacción; con Nico trataba de copiar su forma de hablar tan exageradamente intelectual pero a la vez vulgar, y esto la hacía sentir segura al estar con él. Cuánto amaba a ambos y cuánto había llegado a temer a la verdad, no quería ver a Lucero, pero simplemente salió para encontrarse con ella.

jueves, 9 de abril de 2009

Gaby salió rápidamente del café. Se encontraba estupefacta después de haber escuchado tantas cosas horripilantes sobre Nico. Su respiración era cada vez más sofocante. No lo podía creer, él era uno de sus mejores amigos, nunca hubiera podido pensar semejante cosa. Su cabeza empezó a dar vueltas. Sus recuerdos sobre él, empezaron a salir y se volvían incontrolables. Desconcertada, y con lágrimas de decepcíon, de amargura y más que nada, de melancolía; comenzó a preguntarse si era cierto lo que le decía Lucero.
- Nico, siempre había sido un muchaco muy estudioso, alegre, cariñoso. ¿Tendrá un lado obscuro, tal vez?, se preguntó con nostalgia Gaby.
De repente, desde lo más profundo de su su ser, recordó una conversación con Nico en la cafetería, en la que mencionaba, lo cruel que era su tío con él y su hermana Laura. Después del accidente automovilístico, casualmente, que habían tenido los padres de Nico en donde habían perdido la vida; él y su hermana se habían quedado huérfanos. Sus tíos paternos, no muy convencidos de sí, se hicieron cargo de ellos. Gaby sabía lo especiales que eran los tíos de Nico, siempre querían quedar bien ante la alta sociedad, nunca perdían la cordura ni un solo segundo. A la mejor por eso no querían a Nico ni a su hermana Laura, ya que ellos no estaban de acuerdo con su forma de ser. De hecho, Nico algún día le comentó a Gaby, que su tío Julián le alcanzó a pegar sólo porque lo contradijo en algunas reglas de la casa. -Ésto podría ser alguna pieza clave de su comportamiento agresivo con Victoria, se dijo Gaby. Su mundo de recuerdos regresó al mundo real en el momento que su celular comenzó a sonar. Era Lucero, tenía otras cosas que decirle... su mano temblorosa apagó el celular....

lunes, 6 de abril de 2009

Y ahora que!?

ya en el entierro de Nico... Gaby ve a lo lejos a Lucero,una de las grandes amigas de la prepa de Victoria; entonces corre a alcanzarla, para decirle que Gaby había muerto.
Cuando Gaby alcanza a Lucero, le dice la faltal noticia. Lucero no luce sorprendida. En cambio Gaby le pregunta, que por que no se soprende, sabiendo que era su gran amiga.
Lucero le contesta; no solo era mi amiga, también era mi novia. Fue y es el amor de mi vida. Pero desafotunamente Nicolás no la pudo aceptar como era y un día antes de sus muerte ella se iba a venir a vivir conmigo.
Gaby con una gran cara de sorpresa. La invita a tomar un café , para saber más sobre su relación.
Lucero triste y muy seria; le dice que no, por el momento no quería hablar de eso, ni de ella.
aún no lo había asimilado. Pero le dijo una cosa muy importante. Nico la engañaba y la maltrataba fisicamente. Nunca la supo valorar.
Gaby muy enojada, no le cree, por que defiende a su amigo, y ella más que convencida que nunca sabe que Nico nunca fue así y que el era la persona más fiel del mundo
Lucero, solo le dice que hasta las personas más perfectas tienen su lado oscuro.
y te aseguro que Nico nunca fue lo que los demás creian que era.
Gaby más enfadada. mira le reloj, se despide y se va.....

cambio de turno

sumándome a lo dicho por yush, creo que es adecuado que saltemos el turno de celina y que ya escriba luis ¿no?

domingo, 5 de abril de 2009

ya escriban más seguido, coño!

lunes, 30 de marzo de 2009

Nicolás era carcomido por sus recuerdos, los días eran largos y las noches tormentosas la oscuridad acompañaba su pena, solo el alcohol lograba tranquilizarlo, pero como lo había prometido, era hora de salir de esa espiral que lo absorbía. Dejo el alcohol, y los demonios dentro de su cabeza ganaron terreno, no dejaba de seguir a Victoria en sus sueños, de verla en las vacías calles, de oler su perfume, perfume que se volvía más penetrante con el transcurso del tiempo.
Perdía la cordura, pues en su mente regresaban las terribles escenas de la muerte de Victoria que se mostraban en todos los medios. Su cuerpo destrozado y convulsionante, daba sus últimas señales de vida, se podía ver una cara maltrecha, ensangrentada y desfigurada, sus entrañas se mostraban al público, aunque más impactante fue verla tendida en el suelo sin la parte inferior; la lluvia caía formando ríos de sangre bañando el cuerpo de Victoria, lavando sus heridas, purificando su alma inmortal.
Nico buscaba un lugar para refugiarse de las imágenes que lo trastornaban: las sabanas, el guardarropa, la cama, la bebida, los libros, pero todo era inútil. Después de unas cuantas horas y ya con los nervios más relajados acudió al baño, abrió la llave del agua caliente y se dispuso a llenar la bañera, quitó se sus ropas y se introdujo al agua caliente, tomo una navaja y corto sus muñecas, la sangre fluía y el agua se pintaba de carmesí, la llama de su vida de extinguía; ahora no sentía dolor, ni pena, nada, ahora se encontraba con su amada Victoria, solos ella y él rodeados de la oscuridad y del resplandor que emanaban sus siluetas.
Gabriela empezó a preocuparse, pues Nicolás no respondía sus llamadas, no devolvía los mensajes, de la última vez que hablaron ya hacían 8 días, apresurada fue a la casa de Nico, toco repetidas veces la puerta, llamo a un par de vecinos quienes tumbaron la puerta del domicilio, se desprendía un olor putrefacto, las moscas invadían la habitación, nadie quiso entrar por temor a encontrarse con lo peor, Gabriela armada de valor se tapo la nariz con un trapo húmedo y se introdujo entre el aroma y la pesadez del ambiente. Cuando entro al baño vio un cuerpo amorfo, descompuesto, ya se empezaba a fusionar con el agua que de carmesí paso a ser gris, un grito desgarrador se oyó por toda la casa…

miércoles, 25 de marzo de 2009

Gaby… Gabriela Lozada, la fiel amiga y confidente de Nico y Victoria, es una de esas personas tan extrañas de encontrar en este mundo pero tan grato de tenerla a nuestro lado. Es aquella personita que está contigo en las buenas y en las malas, la que no sólo te aplaude éxitos sino también te regaña en los malos pasos, se desvélela cuidándote y está presente cuando más la necesitas si importar día y hora.
Gaby conocía a Victoria desde siempre, asistieron juntas a la escuela, el hermosísimo Instituto Central, aquel que era reconocido por generaciones por su gran nivel académico; se hicieron grandes cómplices de la vida, sabían íntimos secretos, se conocían romances, sabían lo que detestaban, tenían planes juntas y un rincón favorito donde platicar, detallaban cada día de sus vidas como si la una fuera la otra... en fin, más que amigas eran casi hermanas.
Gaby aun no asimilaba la partida de su amiga, trataba de pensar que quizá Victoria se encontraba de viaje por Europa o Asia, en algún lugar extraño y recóndito y que algún día regresaría. Era difícil pensar en que no se encontraba más en esta dimensión, con el pensamiento lleno de frustración y los ojos agotados de tanto llorar recordaba la última vez que la vio, cuando salía del café después de una gran platica, grabadas las palabras con las que se despidió.
-Nos vemos Gaby, se me hace tarde para una reunión
-¿Dónde estarás? ¿Cuándo te veo?
-La próxima semana, en la presentación del libro de José Luis.
-Bueno, nos vemos cuídate, sigue con tu historia
-Claro, veras los avances….hasta luego.
La silueta se perdía en el lumbral de la puerta, Gaby pidió la cuenta y pagó. Salió del café cerca de cinco minutos después rumbo a su casa…nunca más la volvería a ver.
Pensando en lo que pudo haber dicho, en los recuerdos comentados, las horas pasaban y sólo esperaba...

martes, 24 de marzo de 2009

Salir del infierno

Después de varias semanas de no salir de su casa, Nico, hinchado en alcohol recibe una llamada de Gaby.
Gaby.- Nico, ¿te acuerdas que te conté de un tío que es reportero?
Nico.- No
Gaby.- bueno, no estoy para detalles, me habló, hizo una nota sobre el accidente de Victoria, e investigadores locales le dijeron que es probable que no sea un accidente, que estaban cortados los frenos; dicen que pudo ser por falta de mantenimiento, pero lo más probable es que sea un asesinato.
Nico.- (con mala voz, por el alcohol) ya Gaby, ya me cansé de pensar en soluciones, se estrelló y punto.
Gaby.- Tú me lo dijiste varias veces, a Victoria no le puede pasar eso, manejaba por ahí mínimo dos veces por semana.
Nico.- bueno bueno, ¿qué quieres que haga?
Gaby.- ¿QUÉ? LLEVAS TODO UN MES ENCERRADO EN TU CASA LLORANDO POR ELLA, RECORDANDO SUS MEJORES MOMENTOS, CONFESANDO QUE ERA EL AMOR DE TU VIDA Y AHORA QUE TIENES ESTA OPORTUNIDAD PARA DEMOSTRAR QUE NO FUE SU CULPA, QUE NO ERA UNA ALCOHÓLICA PERDIDA, QUE ALGUIEN LA MATÓ, TE DAS POR VENCIDO, ¿SABES QUÉ?, me decepcionas, ya no quiero hablar contigo
Nico.- Gaby… Gaby…
Nico, pensando en lo que le dijo Gaby, empieza a sentir cómo corren las lágrimas por sus mejillas y piensa que le está fallando a Victoria. Decidido, se para del sillón, del que no se había parado en semanas, le da el último trago a su vodka, y por el grado de borrachera que tenía, cae al piso.
Al despertar, y con recuerdos borrosos de lo que había pasado, le habla a Gaby. Después de que ella, con toda paciencia le cuenta lo que había pasado, y él, después de prometer que no tomará nunca más…

domingo, 22 de marzo de 2009

la muerte

Salió por la puerta principal y decidió caminar un poco.
Las gotas de lluvia bañaban su rostro, mientras pensaba en ella. Extrañaba a aquella mujer que llenaba su vida de alegrías y tristezas, pensó en todo lo que nunca le confesó y todos los besos que no le dio. Caminó por todas esas calles repletas de recuerdos felices, aunque ahora le parecían tan vacías por la ausencia de su amada.
¿Qué es la muerte?, pensó. Algunas personas creen en una vida después de ésta, otros cuantos piensan en un cielo donde te encuentras con otros que al igual que tú, están muertos. Nico siempre pensó que la muerte se trataba de un gran vacío, un mundo oscuro donde los que se van no regresan, ni regresarán. Sin embargo, ahora esa idea de la muerte no parecía bastarle, no podía ser suficiente. ¿Cómo un ser tan extraordinario como Victoria se había ido sin volver más? ¿A dónde se había ido esa mujer llena de vida e ilusiones? ¿Dónde habían quedado todos esos sueños y anhelos, todas las historias que le faltaron por escribir, todo lo que le faltó por decir y hacer?, muchas preguntas pasaban por su mente, pero ninguna respuesta.
La muerte deja tantos cuestionamientos y nunca parece llegar una explicación que baste para llenar todos los vacíos que se dejan cuando el ser querido se va. Lo único que pareció reconfortarlo, fue la idea de recordar aquellos momentos que habían marcado su existencia, todos esos recuerdos cotidianos y simples pero que ahora significaban mucho más para él. Y de cierta forma, Victoria se había vuelto inmortal, ya que siempre estaría en la mente, recuerdos y sueños de Nico. Sólo hacía falta que él cerrara los ojos y ahí la encontraría, sonriendo, bailando, riendo, como él quisiera, pintandola totalmente a su manera.

sábado, 21 de marzo de 2009

Introspección

¿Por qué las personas que queremos tanto tienen que partir? ¿Cuántos momentos se han quedado atrás? ¿Cuántas cosas no hicimos por miedo, o por falta de tiempo? –se preguntaba Nico mientras observaba a través de la ventana donde las gotas de lluvia resbalaban lentamente- pero en fin, no es momento de arrepentirse ni de venir con discursos melancólicos.
Caminaba rumbo a la mesa para poder servirse un trago más de vodka, cuando de repente empezaba a sonar aquella canción sin nombre que tanto le gustaba a Victoria. Más recuerdos vinieron a la mente. Como olvidar aquella las tardes en casa de ella para tomar un café descafeinado como a ella le gustaba o los paseos dominicales por el zócalo de Puebla para contemplar la mañana y encontrarse con los amigos.
Lo que nadie sabía es que guardaba un sentimiento, algo que ni la misma Gaby, siendo su mejor amiga, sabia. Nico sentía algo llamado amor, pero nunca lo expreso por miedo a perder la amistad, se convirtió en el amante en secreto, convirtió a Victoria en su amor platónico. Hoy, frente a ella descansando, se arrepentía de no haberle dicho sus verdaderos sentimientos.
Nico tomó el vaso con vodka, se puso su abrigo y agarró un paraguas. Se dispuso a caminar por la calle. Dejaba atrás el funeral y a su amada.

viernes, 20 de marzo de 2009

Nico

Mucha lluvia. Mucho llanto. Mucho vodka. Nico pocas veces se sintió tan solo. Y nunca con una soledad de ese tipo: soledad acompañada de desconocidos. Lo único bueno es que no hacían tanto ruido. Y el silencio era siempre compañero de sus recuerdos…
Victoria y él se conocieron en el metro. Se veían a diario en la universidad; cursaban varias materias juntos, pero nunca se habían dirigido la palabra. Hasta esa tarde, lluviosa también por cierto, en la que coincidieron en el mismo vagón y a la misma hora. Había poca gente y el silencio los fue envolviendo en una atmósfera tan incómoda que no dudaron en romperla cuanto antes. Victoria tuvo la iniciativa. Nico no pudo disimular el gusto que le dio que lo hiciera.
-Mi papá también se llama Nicolás -dijo Victoria- sólo que él odiaba que le dijéramos “Nico”.
Una sonrisa cómplice, algunos comentarios al aire y varias estaciones de metro determinaron lo que sería el comienzo de la amistad entre Nico y Victoria. Los dos locos, los dos imitándose el uno al otro siempre, los dos melindrosos para comer. Los dos excelentes amigos. Amigos queriéndose siempre.

Fatal Temprano

Los funerales en un día de lluvia parecen ser el reflejo último del mórbido sentido del humor de lo que la gente llama Dios. Al acto se habían dado cita muchos conocidos de Victoria y uno que otro ser querido. En largas gabardinas negras que hacían de sus cuerpos meras sombras contra la luminosidad de las paredes de la funeraria, dos de las pocas personas que realmente habían llegado a conocer a la joven escritora tanto como para amarla intercambiaban palabras que se arrastraban bajo la inclemencia evitando el ruido intruso de las gotas al caer.

-Es que ninguna, ninguna dueña de tanto premio y tanto aplauso podría haberse estampado contra esa chingaderota, a mitad de la México-Puebla, no me vengas Gaby -musitó Nico casi con prisa, dando la impresión de querer hablar rápido para ser entendido-. Tú sabes que esa, además, era su autopista favorita. No, esa no fue Victoria. No pudo.

-Con mayor razón –repuso ella, observando con reproche el vaso cada vez menos lleno de su viejo amigo de cuya boca ahora emanaba olor a vodka-. Es que en serio, ¿no te das cuenta? Tú siempre tan racional, ¿o tan borracho? Quién sabe. De veras, intento ponerme a pensar en lo que ella debería estar pensando. Se le vino todo abajo, como en todas sus novelas.

Nico se llevaba el trago a los labios una vez más, escurriendo siempre un poco sobre su lúgubre uniforme. Cansado y ebrio se disculpó y al dirigirse a la entrada, Gaby lo detuvo al tiempo que ella misma advertía que no sería por mucho tiempo.

-Victoria acabó convirtiéndose en una de sus tantas heroínas. Yo diría que se le subió la tinta al cerebro. Tanta fantasía suya le habrá hecho creer que… ¿Qué se puede decir? Es pronto, ¿o tú qué dices? Sus palabras en la cena donde le dieron el premio de la universidad –dijo Gaby riendo-. Aún me acuerdo ¿Tú te acuerdas Nico?, ¿Te acuerdas?

-Sí.

Hacía casi tres años, Victoria subía los escalones al escenario de su adorado auditorio por última vez. Se acercó al micrófono y después de una carraspera que era más suya que de nadie, pronunció su memorable agradecimiento. Nico estuvo ahí ese día. Palabra por palabra la imitaba cada que podía.

-Ay, miren, les juro que no quería empezar esto con el clásico noséquédecir pero una cosa es estar allá abajo y otra muy distinta, venir a hablar enfrente de una bola de sabios canosos mientras intento no cagarla. Quisiera llorarles y cumplir con el protocolo de las premiaciones –y entonces Gaby se unió al recuerdo-.

Pero ustedes ya saben cómo son las películas de amor;

tan complacientes,

y ya saben cómo va a estar el sol hoy; insuficiente.

Yo sólo hubiera preferido ser bella que inteligente.

Gracias.

Terminando, levantó su vaso ya sin uso, dio la vuelta Nico y alejándose de la pena de Gaby, caminó hacia la sala principal para unirse al llanto de los conocidos. Victoria aquella vez, recuerdan, se inclinó hacia el público, y así también dio la vuelta, desapareciendo tras las cortinas que enmarcaban aquel escenario. Su muerte, el romance de tan fatal derrota, se había convertido en el mejor final para lo tortuosa que fue su vida.

jueves, 19 de marzo de 2009

el principio ¿o el fin?

Se sentó frente al volante y cerró la puerta ¿y ahora qué? ¿cómo llenar una tarde de silencio y soledad? ¿hacia donde ir cuando se quiere escapar de los recuerdos? Reconstruyó mentalmente los acontecimientos de la última semana tratando de encontrar el momento en que todo se había venido abajo, de identificar la decisión, la omisión que ocasionó la catástrofe. Pero no, precisamente eso es lo que debía evitar, había revivido cada momento de la última semana cientos de veces y las posibilidades del "si hubiera" no conducían más que a la locura y lo sabía muy bien.
Haciendo un gran esfuerzo por no pensar se puso el cinturón de seguridad y arrancó.

orden de escritura

rosa elena
yush
tere
cuauh
sofía v
roy
mariana
luis
celina
fernando
ruth
rubén
eli
christian
sofía d

bienvenidos

este es un experimento de escritura colectiva surgido tras un momento de ociosidad en una clase de hermenéutica de la cultura contemporánea en la ibero de puebla