¿Por qué las personas que queremos tanto tienen que partir? ¿Cuántos momentos se han quedado atrás? ¿Cuántas cosas no hicimos por miedo, o por falta de tiempo? –se preguntaba Nico mientras observaba a través de la ventana donde las gotas de lluvia resbalaban lentamente- pero en fin, no es momento de arrepentirse ni de venir con discursos melancólicos.
Caminaba rumbo a la mesa para poder servirse un trago más de vodka, cuando de repente empezaba a sonar aquella canción sin nombre que tanto le gustaba a Victoria. Más recuerdos vinieron a la mente. Como olvidar aquella las tardes en casa de ella para tomar un café descafeinado como a ella le gustaba o los paseos dominicales por el zócalo de Puebla para contemplar la mañana y encontrarse con los amigos.
Lo que nadie sabía es que guardaba un sentimiento, algo que ni la misma Gaby, siendo su mejor amiga, sabia. Nico sentía algo llamado amor, pero nunca lo expreso por miedo a perder la amistad, se convirtió en el amante en secreto, convirtió a Victoria en su amor platónico. Hoy, frente a ella descansando, se arrepentía de no haberle dicho sus verdaderos sentimientos.
Nico tomó el vaso con vodka, se puso su abrigo y agarró un paraguas. Se dispuso a caminar por la calle. Dejaba atrás el funeral y a su amada.
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